Las inmunizaciones permiten que su hijo adquiera inmunidad a las enfermedades causadas por una bacteria o un virus. También ayudan a proteger a los demás a su alrededor. Si no recibe la vacuna, solo podrá adquirir inmunidad si contrae la enfermedad. Esto puede ser peligroso, porque su niño puede tener ciertos problemas de salud a largo plazo o de difícil tratamiento como resultado de la enfermedad. Las inmunizaciones ayudan a controlar las enfermedades e impiden que tenga una recaída una vez que están controladas.

Pueden utilizarse formas inactivadas (muertas) o debilitadas (vivas) de virus o bacterias. Se pueden utilizar trozos de proteína de un virus para enseñarle al sistema inmunitario de su hijo a reconocer el virus. Por lo general se aplican en forma de inyección o aerosol nasal. El cuerpo de su niño producirá anticuerpos cuando reciba la vacuna. Los anticuerpos son parte del sistema inmunitario de su niño. El sistema inmunitario de su hijo reconocerá el virus o la bacteria si se expone de nuevo. El sistema producirá los mismos anticuerpos para prevenir la enfermedad.
 

El lugar de la inyección podría ponerse rojo, inflamarse o estar dolorido. Estos efectos por lo general son leves y desaparecen a las pocas horas de haber recibido la vacuna. Las vacunas pueden provocar reacciones alérgicas graves en algunas personas. Informe al médico de su niño de todas las alergias que tenga el niño. Informe al médico si su hijo tiene sistema inmunitario debilitado. Si su hijo tiene un sistema inmunitario debilitado, es posible que no pueda recibir vacunas vivas.

A continuación el Calendario que se recomienda mundialmente (pueden exitir variaciones según cada país o región)

Fuente: Dr. Adrián Guillen/Consultor y auditor médico para empresas de seguros/ Especialidad Medicina General.