El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH o HIV, por su siglas en inglés) es un virus que afecta al sistema de defensas del organismo, llamado sistema inmunológico. Una vez debilitado por el VIH, el sistema de defensas permite la aparición de enfermedades. Esta etapa avanzada de la infección por VIH es la que se denomina Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (sida). Esto quiere decir que el sida es un conjunto de síntomas (síndrome) que aparece por una insuficiencia del sistema inmune (inmunodeficiencia) causada por un virus que se transmite de persona a persona (adquirida).

Por eso, no toda persona con VIH tiene sida, pero sí toda persona que presenta un cuadro de sida, tiene VIH. Una persona con VIH no necesariamente desarrolla síntomas o enfermedades. Sin embargo, puede transmitirlo.
 
VIH no tiene síntomas. Por lo tanto, la única manera de saber si alguien contrajo el VIH es a través de un test. En Argentina, se calcula que el 17% de las personas que viven con VIH no saben que lo tienen.
El test de VIH es un análisis de sangre que detecta la presencia de anticuerpos al VIH. Existen dos tipos de test: el llamado ELISA que es una extracción de sangre y se realiza en un laboratorio, y el test rápido, para el que se depositan unas gotas de sangre de la yema de un dedo sobre una tira reactiva y cuyo resultado se obtiene veinte minutos después. En ambos casos, si el resultado es positivo, debe ser confirmado con una prueba de laboratorio denominada Western Blot.

Una vez producida la infección por VIH, los anticuerpos tardan entre 3 y 4 semanas en ser detectados. Es decir que durante este tiempo, llamado “período ventana”, los análisis pueden resultar negativos aunque la persona tenga el virus. Es por eso que cuando hubo una situación de riesgo, si el análisis se hizo durante el mes siguiente y el resultado fue negativo, se recomienda repetirlo.

A día de hoy todavía no existe un tratamiento concreto que pueda acabar con el sida. No obstante, cabe destacar que el pronóstico de vida de las personas afectadas por esta enfermedad es más alto que hace unos años, aunque la esperanza de vida sigue lejos de la de una persona sana.

En el aumento de la esperanza de vida y en la mejora de la calidad de vida es de vital importancia la terapia antirretroviral, que consigue mantener los niveles de ViH inhibidos.

De la enfermedad cabe destacar una serie de fases:

Infección primaria, aguda o precoz: Se trata de la primera fase de la infección por ViH.

  • Infección clínica latente, ViH crónico: En este caso hablamos de una fase intermedia, en la que el ViH sigue activo pero se reproduce a niveles bajos.
  • Infección por ViH sintomática y evolución a sida: El virus continúa reproduciéndose y destruyendo nuevas células.